Quiero dar testimonio de los increíbles cambios que he experimentado en mi vida después de someterme a varias sesiones de resets. Yo me llamo José Narváez, soy de un país de Centroamérica, actualmente tengo más de 45 años, casado y con 2 hijos varones.
Mi primera sesión de reset tenía como objetivo, mejorar mi relación con el dinero, es decir reprogramarme para obtener más ingresos, prosperidad y abundancia, sin embargo, Mathie descubrió es esa primera sesión, que yo tenía otros problemas personales, tales como baja autoestima, falta de confianza en mi mismo e inseguridad para relacionarme con los demás. Problemas que impedían que yo tuviera una buena relación con el dinero, pues para tener una buena relación con el dinero, lo primero es sentirse bien con uno mismo. Por lo que Mathie me comenzó a hacer resets en cada una de esas áreas y yo estuve de acuerdo en que teníamos que trabajar todas esas áreas antes de proseguir con el tema del dinero.
Después de esa primera sesión, se comenzaron a mover muchas energías dentro de mí, sentí un cambio brutal en mi autoestima y confianza en mi mismo y, estos cambios me impulsaron a exponerle a Mathie algo que ni en sueños hubiera sido capaz de hablarlo con nadie, pues se trataba de mi peor pesadilla, algo que me avergonzaba y que por lo tanto yo tenía que mantener en secreto.

Me refiero a un bloqueo mental que me causaba una “confusión” en mi orientación sexual… algo que yo había sentido desde mi adolescencia y a lo cual, yo me había resignado a vivir con ello, aunque me hacía tremendamente infeliz porque yo pensaba que era algo que no tenía remedio y que tenía que vivir mi vida con eso.
Lo único que sí estaba casi seguro, por lecturas que había hecho sobre bloqueos, es de que, lo que yo “padecía” (esa confusión) era un bloqueo, es decir que no era algo natural en mí, sino algo que había adquirido en mi vida y que no podía eliminarlo de mi mente y para ello quiero aclarar que para mí un bloqueo es algo que te hace sentir mal, contrario a lo que no es bloqueo y es parte de tu ADN y por ello te hace sentir bien y lo aceptas
Entre los 8 y los 14 años sufrí de bullying, que me hacían mis compañeros de la escuela, quienes me decían marica y debilucho y, todo eso me conllevó a ser un adolescente tímido, apartado y solitario. Yo era un niño bien delgadito y de contextura frágil, tal vez delicado, aunque nunca fui afeminado, mi padre estuvo bien ausente y nunca jugo conmigo ni me enseño ningún deporte, yo pasaba más tiempo con las mujeres adultas de mi familia. , sin embargo yo sentía atracción por las mujeres, quienes no me hacían caso porque querían andar con los muchachos “cool” que eran deportistas fuertes, bien masculinos y seguros de sí mismos. a este punto… no recuerdo como fue exactamente, si fue que me lo dijeron a mi directamente o era una indirecta hacia mi o fue solo un comentario general.

Yo “me compré” la idea de que yo debía de fijarme como eran los muchachos “cool”, es decir su actuar, su forma de ser, para imitarlos y también yo volverme “cool”. yo comencé a fijarme en los muchachos cool para tratar de ser como ellos, y de tanto verlos, no sé cómo, pero eso se me transformó, con el tiempo, en una fuerte admiración hacia los hombres masculinos y viriles, esos que con solo verlos, uno dice, ese tipo es “macho”; sin embargo, al inicio yo no presté atención a esa admiración que se me estaba volviendo posiblemente obsesión y sin darme cuenta ese sentimiento de admiración y de querer emular a los muchachos masculinos y viriles, también con el pasar del tiempo; me fue provocando una sensación física que yo sentía al ver a un muchacho o a un hombre con las características físicas masculinas bien definidas, una sensación que yo comencé a concluir que era una sensación sexual.
Yo continué siendo flaquito y frágil hasta como a los 18 años, tiempo en el cual me fui a una gran ciudad a estudiar en la universidad y comencé a ir al gimnasio y desarrollé un cuerpo de hombre “macho”. Las mujeres siempre me gustaron, tuve muchas novias, pero la sensación física que yo sentía al ver a un hombre macho nunca más se me fue, lo cual, sumado a que yo tenía un familiar abiertamente homosexual, creo que fue el inicio de mi confusión en mi orientación sexual, pues yo mismo me decía a mí mismo, sí yo siento esa sensación física al ver a los hombres machos, es porque me gustan los hombres. Esta confusión me conllevó a probar si yo era homosexual o bisexual entre los 20 a los 22 años, estuve con varias novias con las que tuve relaciones sexuales, entre una y otra novia, en dos ocasiones diferentes, tuve unas “aventuras” solo a nivel de caricias y besos con dos hombres.
Con esas dos aventuras me di cuenta de que lo que yo padecía era de un bloqueo mental, pues me di cuenta de que en realidad no me gustaban los hombres, sino que lo que me gustaba era el concepto de lo que ellos representaban, es decir, su apariencia física de macho, musculoso, seguro de si mismo, deportista, fuerte. Mucho tiempo me sentí muy mal por esas dos aventuras que tuve con esos dos hombres, pero ahora Mathie me ha hecho verlo desde otro ángulo y, es que me sirvieron para confirmar que yo no era homosexual ni bisexual.

MATHIE ME HA CAMBIADO LA VIDA!!!
Hice varios reset de mi orientación sexual con Mathie, los cuales han sido un éxito y he dejado de sentir esa sensación física que sentía al ver a un hombre macho. Le agradezco a Mathie por toda su paciencia y su psicología natural que tuvo durante todo el proceso de resets que han cambiado mi vida y me han hecho que me sienta feliz y con deseos de vivir!
Posdata: ¿Cómo iba a tener una buena relación con el dinero, sino me sentía bien conmigo mismo a causa del bloqueo sexual que tenía?
Al momento de escribir este testimonio, mi situación con el dinero ha comenzado a mejorar, pero todavía me hacen falta algunas reprogramaciones en esa área. Sin embargo quería dar testimonio del tremendo cambio que he experimentado a raíz de los resets que Mathie me ha hecho en las áreas de mi autoestima, seguridad en mi mismo y de mi orientación sexual… Y ahora solo me falta seguir trabajando con Mathie un poquito más para reprogramar mi relación con el dinero!
Gracias Mathie!
José N. Centroamérica
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